Teniendo en cuenta su inserción en la escultura podemos observar que tanto en el ámbito estilístico como iconográfico, la figura de la Santísima Virgen María, preestablece en su conjunto una rápida identificación por parte del ser humano. esta obra escultórica es una reflexión sobre ella. El conjunto de sus curvas estructura la idea que tenemos de su figura. Su acabado sería en bronce y poco tendrá que envidiar a las devociones en otros materiales de carácter funcional de relicario con una fuerte simbología y homogeneidad. La escala es a medida de nuestra mano, aproximándose en consecuencia a la adaptación por su naturaleza con la forma de nuestra mano. Ésta se acopla totalmente a ella. La creación de esta pieza deriva de una profundidad espiritual y devocional y así mismo una necesidad de maternidad materializada. Ésta tiene como función el recogimiento incidiendo en su sentimiento de ternura y el acompañamiento siendo un objeto pequeño y fácil de transportar.
Mi devoción por la Virgen María es grande. Pese a que digan lo contrario de la figura de la mujer en la Iglesia, Dios ama tanto a la mujer que quiso que Jesús mismo tuviera una como madre.

Para mí ella enlaza todas las cualidades divinas de la mujer y su belleza sin medida, fruto de amar tanto. La llamada a dar y a custodiar vida desde el vientre y acogerla con un amor incondicional es algo que me conmueve.

La Madre de Dios nos da la receta para ser "bellos". La receta no está en gastar dinero en estética para que nuestro cuerpo sea vea más bonito, lo que la Virgen nos invita es a que nuestra alma esté en paz, a que profundicemos en el amor de Dios para encontrar la verdadera belleza en nuestro corazón.

Estamos viviendo en un mundo donde impera el individualismo, el egoísmo, el hedonismo, donde nos mostramos a los demás de un modo que no somos, porque queremos caer simpáticos, porque queremos caerle bien a los demás. Estas actitudes hacen que nos terminemos cansando y nos desbordemos, ya que aparentar ser personas que no somos nos agota.

La Virgen rompe con todos los modelos que el mundo actual nos ofrece. Mientras todos los días se inventan más cirugías estéticas para que seamos más lindos por fuera, ella viene a decirnos que la manera de ser realmente bellos es amando.

¿Qué mejor manera de sentir sy presencia que hacer una figura que nos puede acompañar todos los días de nuestra vida?
Nuestra cultura dominada por el marketing ve la belleza como una construcción del cuerpo y no de la totalidad de la persona. Entonces surgen métodos y más métodos de cirugías plásticas y botox para hacer a las personas más "bellas". Por ser una belleza construida, no tiene alma. Y si lo miramos bien, estas bellezas fabricadas hacen emerger personas con una belleza fría y con un aura de artificialidad, incapaz de irradiar. Ahí irrumpe la vanidad, no el amor, pues belleza tiene que ver con amor y comunicación. El ser humano está llamado a ser artñifice de la verdadera belleza.

¿Qué belleza es mayor, la del rostro frío de una top model o el rostro arrugado y lleno de irradiación o de la Madre Teresa de Calcuta? La belleza es irradiación del ser siempre vence y prevalece.
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